Esta es una de las frases que más se escucha últimamente en los centros de salud y en los hospitales.
¡Ofú, cómo esta la sanidad!
Unos dicen que otros hacen todo lo posible para privatizar esta gloria bendita que tenemos, que es la sanidad pública; otros que habría que poner los medicamentos gratuitos; que si a mí me corresponde una invalidez, que si la comida de los hospitales es malísima, que si para arriba, que si para abajo...
Yo creo que la sanidad no está mal; lo que está mal es la administración de la sanidad; aparte del dinero que se pierde en parlamentarios, asesores, móviles, ipads, ayuda a la residencia, ayuda en el comedor, hay muchísimos capitanes con mando en plaza y buena cartera, y poca tropa en nuestra sanidad pública.
Un día discutía con mi amiga Trini sobre los sueldos de los funcionarios, y le decía que habría que valorar el trabajo que hace cada funcionario en función de lo que produce (aunque sea en hipótesis); pues esto es lo mismo.
¿Sabéis cuanto cuesta anualmente la diálisis a una persona con problemas de riñón?
Entre 40.000 y 45.000 euros, más medicinas, análisis, transporte en ambulancia, etc.
Mis medicinas mensuales tienen un coste de 97 €
2130 € un parto, y unos 19.000 € una apendicitis, sin complicaciones por supuesto.
El cáncer le cuesta a nuestro país anualmente 7.000 millones de euros.
Un tratamiento inmunosupresor anual tiene un coste de unos 20.000 €.
Y lo peor de todo no es esto ni mucho menos; lo peor es que cada vez el dinero se escurre por más sitios innecesarios y por ende cada vez entran menos aportes a la Seguridad Social.
Y de las invalideces, bajas, viudedades, y lo de moda ahora, el corona-virus, ni hablamos.
Por tanto, la sanidad no está mal; está genial para como debería estar dados los números; otra cosa es que los que tienen que dirigir el "cotarro" no tengan ni idea de como hacerlo, y encima se lleven un buen pellizco a costa de los verdaderos profesionales de la sanidad que se parten el pecho a diario para sacar adelante a los enfermos, cada vez con menos medios y cada vez con menos personal.
¡Que se dejen ya de jubilaciones a los setenta y tantos años, e interfieran para que los jóvenes, más capaces y más fuertes, trabajen por un sueldo digno que les permita vivir y mantener, como hemos hecho hasta ahora, una sanidad digna y pública; y si hay que pagar alguna medicina, pues habrá que hacerlo; ni el tabaco, ni la cerveza, ni las "tapitas", ni el maquillaje, ni los cafés con tostada en el bar, ni los demás placeres, son gratis, y que mejor placer que estar sano.
A ver ahora, que la sanidad pública es la que está sacando las castañas de fuego a las privadas, quien tiene cojo..... para criticarla, actuemos con cautela, sin preocuparse pero ocupándose, y hagamos más fácil el trabajo a los profesionales de la SANIDAD PÚBLICA, con mayúsculas y en negrita.
A ver ahora, que la sanidad pública es la que está sacando las castañas de fuego a las privadas, quien tiene cojo..... para criticarla, actuemos con cautela, sin preocuparse pero ocupándose, y hagamos más fácil el trabajo a los profesionales de la SANIDAD PÚBLICA, con mayúsculas y en negrita.
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