Viernes por la tarde, termina la jornada laboral y también la semana, y como en muchos trabajos se cobra, en efectivo; porque lo más probable es que no esté asegurado todas las horas que trabaja.
Está esperando para divertirse con sus amigos, tiene unas obligaciones más importantes, pero quiere estar con ellos.
Se toma unas cervezas con poca comida, y cuando cae la tarde y empiezan a oscurecerse las calles, se va reuniendo en el bar de copas el grupo de amigos que ya habían quedado previamente por whatsapp a primeras horas del crepúsculo.
¡Parece que todo se va a acabar!; joder, en su mente es como si apareciera un cartel luminoso de neón en el que dijese:
"Bebe, que esta es la última noche de tu vida"
Y los idiotas se creen de verdad, que se va a acabar el mundo, y pum, y pum, y otra copa más; y empiezan las gilipolleces, la violencia, las paparruchadas; y pum, y pum, y pum.
Se me viene a la memoria cuando mi padre ingresó por primera vez en urgencias con le enfermedad que le quitó la vida; en 2001 estábamos en la puerta del hospital esperando noticias, serían sobre las once de la noche, y decidí salir a fumarme un cigarrillo...
Vi en la garita de los celadores un antiguo amigo del instituto:
-Hola José María, ¿qué tal? ¿parece que, aunque es sábado, está la cosa tranquila, no?
-Es temprano, me dijo.
-¿Temprano? No entiendo.
-Hasta las doce y media no entrará el primero, vienen muertos, con catorce o quince años los que menos, hay que despertarlos, recuperarlos del coma etílico que traen encima; y por la mañana ya despiertos y recuperados se marchan para casa; después se llevarán por lo menos dos días durmiendo...
¡Y a las doce y media en punto apareció la primera ambulancia!.
¡Y a las doce y media en punto apareció la primera ambulancia!.
Hoy todavía es peor, los litros de alcohol se aderezan con alguna que otra pastilla o un poco de polvo blanco, lo que hace que la juerga dure, y dure, y dure.
Después de toda esta aventura de fin de semana, no quedará otra cosa que el daño que has hecho a los que te rodean, el mal que has sembrado entre los que te quieren y el deterioro de tu cuerpo y de tu mente.
Parafraseando a mis admirados The Beatles que decían: "A hard day´s nigth" (una noche de un día duro), aunque se traduzca como: "Qué noche la de aquel día", ahora se tendría que cantar: Un día de una noche dura...
¡Qué día el de aquella noche!
Pues eso, que todo esto, es "modus operandi" , y una historia repetida a menudo, hoy en día, lamentablemente.
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