Hoy me propone este vocablo mi amigo y compañero Claudio; y hombre, no lo iba a decepcionar.
Esta palabra procede del latĂn "emeritus" (merecedor de un estatus o recompensa por haber concluido cabalmente su servicio, terminado y retirado.
En la Roma antigua se aplicaba a los soldados veteranos retirados del ejército. "Ex" (Por) y "meritus" (mérito); por mérito, persona que después de haberse retirado del cargo que ostentaba, disfruta de los beneficios derivados de una profesión; especialmente de la docente universitaria o en la eclesiåstica, como reconocimiento a sus buenos servicios en la misma.
(En la foto, el respetable y querido cardenal y arzobispo emérito de Sevilla D. Carlos Amigo Vallejo)
Con la democracia hemos tenido, y tenemos, presidentes del gobierno tambiĂ©n emĂ©ritos "per se", lo fueron Adolfo SuĂĄrez y Leopoldo Calvo Sotelo (q.e.p.d.) y lo son y lo siguen siendo: Felipe GonzĂĄlez, JosĂ© MarĂa Aznar, JosĂ© Luis RodrĂguez Zapatero y Mariano Rajoy; tĂtulo que tambiĂ©n porta el Rey emĂ©rito Juan Carlos I;teniendo en cuenta que el culmen del "emeritismo" es ser: "Honorable" emĂ©rito, todos cobran su sueldo "emeritense" (que no quiere decir que sean de MĂ©rida).
Ser un emérito, no exime a nadie de ser persona, de tener las flaquezas de la carne, de deslumbrarse con las monedas de oro; ser emérito no te exonera de responder ante la justicia, de confesar tus pecados, o mismamente de pecar, todos somos humanos.
Pero al final, y como titulaba su libro JesĂșs LĂłpez SĂĄez sobre la muerte "oscura" de Albino Luciani (Juan Pablo I)...
¡Se pedirĂĄ cuenta!
A todos los emĂ©ritos, emĂ©ritas, a los hombres y las mujeres les dejo una frase con la que mi amigo Rafael Sousa Morales (q.e.p.d.) terminĂł su pregĂłn de Semana Santa de SanlĂșcar la Mayor de 1991.
"Si al final de tu tiempo haces recuento y el balance es negativo, tiempo "perdĂo".
Por favor no perdamos el tiempo que es oro.
Foto extraĂda de la pĂĄgina: hoy.es |
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