La idea de fraccionar el día en veinticuatro horas, y cada hora en sesenta minutos, parece que fue tomada por los antiguos egipcios, que se servían del sistema sexagesimal desarrollado por los babilonios.
Para estos últimos, que ya dividían la circunferencia en 360 grados, por su analogía con la trayectoria anual del sol, el número 60 representaba la sexta parte del ciclo solar.
Esta partición debió de resultar muy sencilla para que los matemáticos aquellos subdividiesen cómodamente, no sólo la circunferencia, sino cada grado u hora.
También obtuvieron el número sesenta multiplicando 5 (número de planetas conocidos hasta entonces: Mercurio, Saturno, Venus, Júpiter y Marte) por 12 el número de meses. No obstante, no fue hasta el siglo XIII, cuando surgió el minuto como subdivisión de la hora, aunque no empezó a aplicarse hasta tres siglos después, siglo XVI, momento en que aparecen los primeros relojes capaces de medirlo.
Ocho siglos después pareciera que hubiéramos inventado una forma nueva de medir el tiempo; mientras más máquinas o utensilios que inventamos para hacernos más liviano el trabajo y, por tanto, para que podamos tener más tiempo de ocio, menos tiempo tenemos para nada.
El tiempo es la duración de las cosas sujetas a mudanza, y por ello, pudiera ser que las redes sociales sean el veneno que está matando poco a poco al tiempo; ya no se disfruta de una charla amena (se charlea por whatsapp), ya no se cuentan chistes (se miran y se comparten los impresos en "posts" de internet), ya se canta poco en reuniones (se ponen canciones de YouTube), y por supuesto se lee menos y no se escribe casi ninguna carta; se escribe más con los dos dedos gordos de la mano, que al final, con la evolución, se desarrollarán más de lo que están ahora.
El tiempo es la duración de las cosas sujetas a mudanza, y por ello, pudiera ser que las redes sociales sean el veneno que está matando poco a poco al tiempo; ya no se disfruta de una charla amena (se charlea por whatsapp), ya no se cuentan chistes (se miran y se comparten los impresos en "posts" de internet), ya se canta poco en reuniones (se ponen canciones de YouTube), y por supuesto se lee menos y no se escribe casi ninguna carta; se escribe más con los dos dedos gordos de la mano, que al final, con la evolución, se desarrollarán más de lo que están ahora.
Hagas lo que hagas, digo bien, tu tiempo se acabará cuando menos te los esperes; y el internet, las redes sociales, el instagram, el whatsapp seguirán adelante sin tí, pero tú habrás ido robándole a tu vida muchas cosas, incluso el tiempo.
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| Foto extraída de la página: amazon.es |
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