No obligues a nadie a quererte, mejor oblígalo a irse. Quien insista en quedarse, es quien realmente te quiere. Siempre seremos para alguien, la persona correcta que conocieron en el momento equivocado.

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31 agosto 2020

ECHAR A ANDAR.

Según un estudio de lehevisto.com el ser humano es uno los animales que más tiempo tarda en echar a andar. 
El secreto parece estar en el cerebro, que en los humanos, no está totalmente desarrollado al nacer, y no puede por tanto, enviar las señales necesarias a las extremidades inferiores, así como la falta de tono muscular para que un recién nacido se mantenga sobre sus piernas.
Los niños empiezan a caminar en un período entre uno y tres años de edad, ¿quiere decir el estudio de lohevisto.com que mientras más tarde un bebé en caminar más tarde se le ha acabado de desarrollar el cerebro?
Yo optaría por otra opinión...
El ser humano, como cualquiera de los animales, ha ido guardando desde el principio de los tiempos "modus operandis" en su ADN.
Por ejemplo:
- Que se arrugue la piel de los dedos de las manos cuando estás mucho en el agua; lo desarrolló nuestro ADN para poder salir de los ríos agarrándose a las piedras sin resbalarse.
- Que veamos caras por todos lados, en la fachada de una casa, una puerta, un árbol, etc. Cuando el ser humano era depredado, y no depredador como ahora, esto le hacía estar siempre alerta, el depredador, como un león por ejemplo, no lo necesita.
- Si estás en la cama y pegas un respingo porque crees que te vas a caer, es una remanente de cuando dormíamos en los árboles.
Incluso, el hipo, dicen los científicos que es una ancestral reminiscencia de nuestros parientes cercanos, los peces, que hipaban e hipan, cuando sus agallas reciben demasiado agua.
Los animales que salen andando nada más nacer lo hacen porque lo necesitan, porque está en peligro su vida, nosotros estamos mientras en la cuna o en el porta-bebé viéndolas venir, y que nos lo den todo hecho.
Como algunos que se dedican a la profesión del siglo, tranquilos, viéndolas venir, con sus buenos sueldos, sus buenas pagas vitalicias, sus gastos para vivienda, su jubilación anticipada, y un largo etcétera.
Y lo que hacen es discutir, querer quedar siempre por encima, son celosos, envidiosos, y lo peor de todo, egoístas; y por supuesto, las entendederas poco desarrolladas todavía.
¡Si es que son como niños, por Dios!


Foto extraída de la página: etapainfantil.com

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