Los meses o los años que hemos pasado, e incluso que aún seguimos pasando con el COVID, han sigo unos años irreparables; es un tiempo que ha roto nuestra convivencia, nuestra forma de vivir y que por mucho que creamos que hemos vuelto a la normalidad, el daño ya es irreparable.
Lo mismo pasa en Ucrania y en Rusia y en el mundo entero con esta guerra absurda.
El año que están viviendo las gentes de Ucrania, las gentes de Rusia, es un año irreparable, no por nada, sino porque ese año no tiene reparo, y lo que ha dejado de rastro es la destrucción y la muerte.
Todo el tiempo que pasa es irreparable, pero el más doloroso y más irreparable es el tiempo perdido.
Y conforme vas siendo mayor, más coraje te debería dar perder el tiempo porque cada vez te queda menos.
Se pierde tanto tiempo irreparable en debates vanos, en discursos partidistas, en dictaduras encubiertas; se pierde tanto tiempo irreparable en tertulias insípidas, en enfrentamientos por colores, en justificar lo injustificable; se pierde tanto tiempo irreparable, que si se pudieran sumar las horas, los días y los meses, seguramente, seguramente, serían años irreparablemente perdidos.
¡País!
Foto de mi amiga Juani Mora. |
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