Esta palabra procede del latín "vortex" con el mismo significado que vórtice.
La guerra de Ucrania tras la invasión de Rusia tiene un vórtice, o incluso dos.
La falta de dinero para tantas y tantas cosas, también tiene dos vórtices.
La desazón política, los enfrentamientos entre familiares, amigos y conocidos por la susodicha política también tiene dos vórtices.
Y no solamente el, o los vórtices, son culpables de estas pocas cosas que he detallado aquí, sino que son los vórtices de la mayoría de problemas con los que la vida nos ataca a menudo.
En los trabajos, en los colegios, en la calle, estos vórtices nos atacan desde abajo, desde el mismo centro del corazón humano.
Un vórtice no es más que un torbellino o remolino, y como segunda acepción es el centro de un ciclón.
Y hay dos vórtices culpables de la mayoría de las cosas malignas que ocurren en nuestro mundo, en nuestro continente, en nuestro país, nuestra comunidad, nuestra ciudad, nuestro barrio o incluso a veces en nuestras casas.
Y esos vórtices no son más que: la envidia y la avaricia.
Podéis analizar nuestros males y destilar si la envidia y la avaricia son los vórtices de todos los problemas. ¡A que sí!
¡Pues no hay remedio, seguimos igual!
¡Vórtices intrínsecos al ser humano!
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Foto de mi amiga Juani Mora. |
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