Por muy artista que pueda ser una persona, por muy bien que se le pueda dar la música, la poesía, el fútbol, la pintura, la cocina, el planchado, el toreo, los estudios, la carpintería, la conducción; cualquier profesión, arte, o concepto de vida tiene una teoría, que debería ser lo primero siempre.
La teoría, una clase antes de empezar a practicar nada; la teoría es la base de la ejecución, el saber cómo tener que hacerlo, y hoy en día, para algunos casos, incluso se puede ver la teoría en internet.
Hagamos una suposición...
Me bajo de la web una receta de cocina, la leo detenidamente, preparo los ingredientes y me dispongo a hacer el guiso siguiendo detalladamente las instrucciones.
Todo sale tal cual la receta, y por ende, todo sale igual que se detalla en el móvil; quizás en otra ocasión saldrá mejor, si cambio esta carne por la otra, un poco menos de sal, un poco más de pimienta; en fin todo eso se irá mejorando con la práctica, pero con la teoría por delante, con la buena práctica.
Cuando la práctica sea muy dilatada la teoría nos la sabremos tan de memoria que no habrá necesidad de consultarla.
Pues así con todo; todo, todo lo que podáis pensar, o si no, pensemos un poco.
Los animales tienen una ventaja, tienen la teoría impresa en su cerebro en forma de instinto, por eso solo les falta la práctica, aunque algunas veces, las clases de los mayores no vienen mal tampoco.
La práctica, sin el fundamento de la teoría, es una mala práctica.
Foto de mi amiga Juni Mora. |
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