Si no sabes de qué hablas o de qué se está hablando, ¡Cállate! y si hablas que sea solo para preguntar y aprender.
Si no sabes la solución de un problema no intentes imponer tu criterio obligando a utilizar tu opción, mejor escucha a los demás antes de tomar una decisión.
Si no sabes de qué va la vida de los demás, no tomes la decisión nunca de juzgarla.
Si no sabes lo que es andar descalzo no te rías de quien lleva unos zapatos feos o viejos.
Si no sabes lo que es tener hijos no se te ocurra dar consejos para educarlos.
Si no sabes lo que es una depresión no menosprecies a quién la tiene.
Si eres hombre no critiques a una mujer que se queja de los dolores menstruales.
Si todavía eres un niño, o un adolescente, o un joven nunca critiques a un padre a una madre de familia en sus decisiones cotidianas.
Y si eres una persona mayor tampoco critiques a los niños o jóvenes que viven en otra sociedad y en otro mundo en el que tú te criaste cuando joven.
En fin, si no sabes, si no has vivido las cosas en tus carnes, mejor estar callado.
Es mejor estar callado y parecer tonto, que abrir la boca y despejar las dudas. (Mark Twain EE.UU. 1835-1910)
Foto de mi amiga Rocío Vicente. |
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