Hay mucha cosas que nunca se van a recuperar, muchas, pero de algunas tienes tú la culpa, por lo que tendrás que pensar estas cosas muy bien antes de hacerlas.
Cuando un padre o una madre se van, nunca más los recuperarás; al igual pasa con un buen amigo, con un hijo o hija, hay muchas cosas que nunca vas a recuperar y a las que tampoco puedes poner remedio.
Pero también hay otras a las que sí puedes poner remedio, y me explico:
- Una piedra, o bala, una vez lanzada ya no se puede recuperar, pues entonces...
¡No las lances!
- Una palabra una vez dicha, tampoco se puede recuperar, pues entonces...
¡No la digas! ¡Muérdete la lengua antes de hacerlo!
- ¡La ocasión, una vez perdida, nunca la recuperaras, pues entonces...
¡Aprovecha todas las oportunidades que puedas!
- El tiempo. una vez desperdiciado, nunca vuelve, el tiempo siempre sigue pasando, pues entonces...
¡No desperdicies ni un segundo de tu tiempo!






