Viendo fotos antiguas en casa de mi madre se me ha venido a la mente esta reflexiĂłn que comparto con vosotros.
Cuando gobierna un paĂs una dictadura, creo que debe ser mucho mĂĄs fĂĄcil dirigir esa naciĂłn; esto se hace, porque yo lo digo, y se hace, y el que no lo haga...
A los maestros y maestras, tiempo atrĂĄs, supongo que tambiĂ©n les resultarĂa mĂĄs fĂĄcil impartir la educaciĂłn, incluso tenĂan el beneplĂĄcito de poder golpear a los niños que no se portaran como ellos o ellas querĂan.
A las fuerzas de seguridad tambiĂ©n les resultarĂa mĂĄs fĂĄcil mantener el orden, se les respetaba.
TambiĂ©n a los sacerdotes o curas se les tenĂa una consideraciĂłn especial.
Y sobre todo a los padres; no a las madres, que la mayorĂa lo que hacĂan era encajar los gritos, las riñas, y hasta algunas veces, los palos de los padres por proteger a sus hijos; ser padre, hace años, cuando habĂa que hablarles de usted, seguro que les tenĂa que resultar mĂĄs sencillo que hoy en dĂa; ¡Esto se hace porque lo digo yo, y punto! Si no, castigo, correazos, semanas sin salir, e incluso palizas.
QuizĂĄ profundizando un poco mĂĄs en este aspecto, y comparando a los hombres y mujeres de antes con los de ahora, pienso que las conductas son muy diferentes; pero si es cierto, que lo de antes era mĂĄs fĂĄcil que lo de ahora en un porcentaje muy elevado, por el efecto miedo; ese miedo que hacĂa que se respetara todo y a todos; el primero, el miedo al infierno, a arder toda la eternidad, ufff. Hoy en dĂa, esos miedos se han disipado u olvidado, y creo que por eso es todo mucho mĂĄs difĂcil; la prĂłxima meta que deberĂa alcanzar el ser humano es: respetar por respetar, sin tener que tener miedo a nada ni a nadie.
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