Hemos oĂdo tantas veces lo de: ¡SĂłlo utilizamos un diez por ciento de nuestro cerebro! ¡Algunos privilegiados utilizan el doce, y son genios!.
Para mĂ eso no es rigurosamente cierto; si comparamos nuestro cerebro con un ordenador (la cosa que mĂĄs se le parece), comprobaremos que el PC mientras mĂĄs programas mantiene abiertos en funcionamiento, mĂĄs memoria RAM utiliza y por ese motivo se ralentiza y en algunos momentos llega a colapsarse quedĂĄndose completamente bloqueado.
Nuestro cerebro tiene una cantidad ingente de programas en curso, pero no tiene mĂĄs remedio que cerrar programas, para activar otros.
Lo mismo que quita de en medio recuerdos de la memoria reciente y los manda a carpetas que se quedan durmiendo en lo mås profundo, y que solo salen a la luz, de vez en cuando; idénticamente hace con las actividades en curso.
Si tenemos el cerebro ocupado con problemas sin soluciĂłn (bucles muy dañinos), si no vamos cerrando actividades y pensamientos, serĂĄ difĂcil abrir nuevas ventanas y cada vez nuestro cerebro discurrirĂĄ mĂĄs y mĂĄs despacio.
Por tanto, considero que el o la que utilice mås del diez o el doce por ciento de su cerebro a la vez, no es mås inteligente, ni mås listo, ni mås despierto que sus congéneres; creo que es mås torpe a la hora de reaccionar y desarrolla las actividades mås lentamente; los que si son verdaderamente inteligentes y genios son los que utilizan el cien por cien de su cerebro pero no a la vez, los que incentivan todos los recovecos, los que experimentan todo tipo de sentimientos, los que lo utilizan para un sin fin de actividades, aunque no utilicen la totalidad de él en todo momento.
El secreto: desconectar.
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