Mi amigo Paco me conminó el otro día a que hablara de una fruslería, pues bien...
Esta palabra proviene de "fruslera", que a su vez dimana de "fusilaria", y esta de "fusilis" que significa "fundible", metal para fundir de poco valor; por lo que fruslería es una cosa de poco valor, una bagatela, una pequeñez, una menudencia.
Esta palabra proviene de "fruslera", que a su vez dimana de "fusilaria", y esta de "fusilis" que significa "fundible", metal para fundir de poco valor; por lo que fruslería es una cosa de poco valor, una bagatela, una pequeñez, una menudencia.
Hay multitud de cosas, en la vida cotidiana, que tomamos o toman como fruslerías; hay cantidad de consejos, advertencias, atisbos, avisos a los que no prestamos atención por considerarlos fruslerías.
Que se pierde la educación, el respeto, la forma de comportarse...
¡Bah, son fruslerías!
Que le quedan a un niño, en primero de primaria, un par de asignaturas: Colorear y palotes (como diría mi admirado Manu Sánchez)...
¡Bah, son fruslerías!
Que un "muchachote" fuerte y musculado le da un guantazo a la chica con la que se junta, o sólo le falta un poco al respeto...
¡Bah, son fruslerías!
Que los hijos e hijas no respetan a los padres y a las madres, que muchos ancianos y ancianas se sientan solos o los recojan en un asilo.
¡Bah, son fruslerías!
Que sigan los que dirigen nuestros destinos empecinados en el: no, es que..., no que..., es que..., es porque..., es que debemos..., es que tenemos...
Al final fruslerías, todo queda en una vergonzosa fruslería.
No vamos a tener más remedio que "fusilis" (fusilar) las urnas de las votaciones con otro tipo de vertientes, a ver si así toman conciencia de para qué han sido elegidos.
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