Todos tenemos entendido que ser noble es ostentar un título nobiliario o de nobleza en cualquiera de sus grados: heredado, otorgado o comprado.
Desde la antigüedad, la nobleza se constituyó en la capa más alta, privilegiada y cerrada de la sociedad, constituida por familias encargadas de asegurar la autoridad militar y política del poder, de forma que estaban reservados para ellos los cargos y empleos más importantes.
Hoy en día, la nobleza, como tal, tiene una relevancia mínima, salvo la realeza, y está reducida a un concepto socio-grupal.
Si en aquellos tiempos en los que destacó la nobleza hubiera habido móviles, seguramente todos los plebeyos hubieran luchado, contra viento y marea, para hacerse fotos con un noble.
Lamentablemente, hoy en día han nacido otros tipos de nobles, nobles que desde la cuna están en la capa privilegiada de la sociedad, nobles que cobran hasta por respirar; nobles que por ser hijos e hijas de quienes son no necesitan: ni terminar una carrera, ni hacer un master, ni B1, ni B2 de cualquier idioma; nobles, que cada vez que tienen un problema económico, sólo tienen que hacer una llamada telefónica a la cadena de turno para que se lo solucionen.
Los de arriba, los de los títulos nobiliarios, y los de más abajo, de partida de nacimiento con apellidos famosos, desconocen el verdadero significado de nobleza.
Pueden ser nobles hasta reventar, pero posiblemente no tengan nobleza.
"La nobleza no es un derecho de nacimiento, la nobleza se define por nuestros actos"
Seamos nobles sin títulos ni herencias famosas; porque seremos nobles con clase, y eso ni se hereda, ni se otorga, ni se compra; esos actos que te dan el título de nobleza se hacen o no se hacen.
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